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Editorial: Día Internacional de los Bosques

Urge fortalecer la política de conservación y uso sustentable de los bosques nativos en nuestro país o no habrá más bosques

El 21 de marzo es el Día Internacional de los Bosques. Nuestra Fundación no es adicta a las celebraciones si no tenemos nada sustantivo que decir, porque entendemos que ayudaríamos a vaciar de contenido a las mismas. Pero en el caso de nuestros bosques nativos, sí tenemos muchas urgencias que plantear.
En primer lugar, es necesario comprender que una política nacional no es la sumatoria de las 24 políticas provinciales, como ocurría durante el Pacto Federal y demás "pactos preexistentes" en el siglo XIX, sino una decisión del Estado federal constituido. Las leyes son sancionadas por el Congreso Nacional y no por una asamblea de gobernadores.
En su momento, celebramos críticamente la ley de Presupuestos Mínimos en Bosques Nativos, señalando que, para su cumplimiento, se necesitaba una Autoridad ambiental nacional fuerte y que Parques Nacionales no estaba efectivamente considerado como jurisdicción en las decisiones y en los beneficios.
En el proceso de ordenamiento territorial realizado por las provincias a partir de la vigencia de la ley, la Autoridad ambiental nacional se comportó como una escribanía que certificaba lo que decidían las autoridades provinciales, sin fijar orientaciones ni imponer límites, por lo que hubo provincias que tuvieron una vocación conservacionista (con buenos ordenamientos de sus bosques) y otras, que sólo legalizaron los intereses del desmonte irrestricto.
La debilidad política de la Autoridad ambiental nacional permitió que en varias provincias retrocediera la masa forestal nativa en los últimos 5 años y avanzara irracionalmente la frontera agropecuaria.
Ahora estamos en pleno proceso de revisión de los ordenamientos territoriales de los bosques nativos. Y asistimos a un intento de reducir aún más la masa forestal por parte de algunas provincias que pretenden, encima, ser financiadas para ese propósito por el Fondo de Bosques del Estado federal. Y lo que es peor, se trata de integrar a la producción sojera a tierras forestales que compran al 5 o 10% del valor de las tierras cultivables, y en algunos casos, cedidas "promocionalmente". Una perversión total.
La jerarquización del área ambiental nacional, actualmente Ministerio, tiene que ser acompañada por su fortalecimiento político, para que pueda ejercer sus funciones en representación del Estado federal, y comenzar a revertir la situación que se vive en algunas provincias, respaldar las políticas provinciales en otras y orientar a las demás. E incluir a Parques Nacionales en las decisiones y los beneficios de la política de bosques nativos.
No estamos pretendiendo que el Ministerio choque con alguna provincia o con los productores, sino que se garantice una concertación real entre los intereses de la conservación y de la comunidad nacional con los intereses sectoriales de la producción agropecuaria. Una concertación de intereses legítimos.
Jesús nos enseñó que al árbol se lo conoce por sus frutos. Imitándolo, digamos que a las leyes, también.

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